Decenas de miles de personas se han reunido en Budapest para celebrar el 30.º aniversario del Orgullo Gay, enfrentándose a las advertencias del primer ministro Viktor Orbán. La marcha, a la que asistieron figuras como Yolanda Díaz y Ernesto Urtasun, se desarrolló en un ambiente festivo sin detenciones, aunque Orbán alertó sobre posibles «consecuencias legales». La medida se llevó a cabo a pesar de una enmienda constitucional que permite prohibir eventos públicos LGBTQ+ y una legislación que prohíbe la promoción de la homosexualidad a menores. Organizada por el Ayuntamiento de Budapest y varias ONG, la marcha desafió la prohibición policial basada en estas leyes, reuniendo a participantes de diversas procedencias.
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