En un reciente acto de protesta, colectivos ambientalistas alzaron su voz contra la instalación de una planta de celulosa, argumentando la necesidad de proteger los recursos naturales de la región. Las manifestaciones reflejan una creciente preocupación por el impacto ambiental de este tipo de proyectos industriales. Mientras tanto, la empresa Altri, responsable del desarrollo de la planta, defiende su iniciativa como un proyecto «serio y riguroso», enfatizando su compromiso con prácticas sostenibles y el cumplimiento de normativas medioambientales. El debate se intensifica en tanto que ambas partes mantienen firmes sus posiciones, elevando el tema a un ámbito de discusión público y político.
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