En Carabanchel, Madrid, Marta ha sido acusada de asesinar a Pilar, presidenta de su comunidad de vecinos. Según las investigaciones, Marta confesó que, tras el crimen, ocultó el cadáver en una finca familiar en Toledo, donde lo incineró antes de desecharlo en una escombrera. La acusación sostiene que el asesinato fue premeditado, motivado por un intento de fraude descubierto por Pilar. Las pruebas muestran un reguero de sangre en la vivienda de Marta, a pesar de sus intentos de limpiar con lejía y crear coartadas. La defensa busca reducir la pena argumentando que se trató de un accidente, mientras que la fiscalía y la familia de la víctima insisten en una condena de asesinato, pidiendo 25 años de cárcel. La fiscalía, por su parte, solicita 13 años de prisión y una indemnización de 100.000 euros para la familia afectada.
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