En Moldavia, el referéndum para modificar la Constitución y establecer como objetivo el ingreso en la Unión Europea obtuvo el apoyo del 50,39% del electorado, según los datos preliminares de la Comisión Electoral Central, que aún debe completar el conteo de votos del extranjero. La presidenta Maia Sandu denunció intentos de fraude masivo, señalando la compra ilegal de votos para socavar la democracia del país. Bruselas respaldó las acusaciones contra Rusia por interferencias, mientras el Kremlin pidió pruebas sobre estas denuncias. La tensión política se intensifica con Sandu enfrentando una segunda vuelta electoral contra el prorruso Alexandr Stoianoglo, en un contexto de alegaciones de intervención extranjera y manipulación mediática.
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