En el contexto actual de la sanidad pública, la presión sobre los médicos ha alcanzado niveles insostenibles. A pesar de culminar una jornada ya exigente, se nos exige realizar horas extra de forma obligatoria, con el argumento de cubrir las urgencias. Este planteamiento es falaz y refleja una profunda injusticia hacia quienes dedicamos nuestra vida a cuidar la salud de los demás.
Recientemente, la ministra de Sanidad, Mónica García, intentó justificar esta práctica, argumentando que la atención a las urgencias no puede ser voluntaria. Sin embargo, su afirmación es engañosa. La publicación de la verdad es que, más allá de nuestra disposición a atender emergencias, lo que se discute es la voluntariedad en la prolongación de la jornada laboral. Esta imposición de “guardias” se convierte en un mecanismo para evitar contratar a más personal, a expensas del bienestar y derechos de los médicos.
El verdadero problema radica en un modelo de trabajo que se ha establecido en el sistema público. Este modelo perverso permite que se extiendan las jornadas laborales de forma obligatoria bajo el nombre de «guardias», disfrazadas de «jornada ordinaria» o «jornada complementaria». Tal formulación es un intento de encubrir una explotación laboral intolerable, despojando a los médicos del derecho a una jornada laboral máxima comparable a la del resto de los empleados públicos.
La situación no solo es insostenible, sino también perjudicial para la calidad del servicio que ofrecemos. El estrés y la falta de descanso repercuten no solo en nuestra salud, sino en la atención que brindamos a nuestros pacientes. La crisis que atraviesa este modelo obligatorio de guardias es evidente, y es imperativo que la ministra escuche las demandas legítimas de los médicos.
Es fundamental que nuestra voz sea escuchada y que se reconozcan nuestros derechos laborales básicos, así como nuestra capacidad de negociación. Las movilizaciones no se detendrán hasta que se garantice para todos los facultativos el mismo trato y derechos que reciben otros empleados públicos. Es hora de que el sistema de salud esté al servicio de quienes realmente lo sostienen, los profesionales que, a pesar de la adversidad, siguen comprometidos con la salud y el bienestar de la población.
SMA – CESM.
Fuente: Sindicato Médico Andaluz.