La máxima calificación crediticia fue rebajada a Aa1, lo que refleja una disminución en la percepción de su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras a largo plazo. Esta decisión podría impactar en sus costos de financiamiento y en su reputación en los mercados internacionales, aunque todavía se mantiene en una categoría de alta calidad. La revisión de la calificación se debe a diversos factores económicos y políticos que han generado incertidumbre sobre su estabilidad financiera futura.
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