Una mujer rusa y sus dos hijas fueron encontradas viviendo en una cueva en el sur de India, desatando una compleja disputa internacional y familiar. Nina Kutina, de 40 años, llevaba años en el país con un visado caducado y fue descubierta el 11 de julio en Gokarna. Las autoridades indias gestionan su deportación mientras un ciudadano israelí, Dror Goldstein, ha solicitado la custodia de las niñas, afirmando ser su padre y haber denunciado su desaparición. Kutina, que vivía de manera ascética, defiende su estilo de vida y critica las condiciones del ashram donde fueron trasladadas tras ser rescatadas. La situación, inicialmente migratoria, plantea ahora retos diplomáticos y de derechos sobre la custodia y libertad individual, contando con la asistencia consular rusa.
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