En Belgrado, cientos de miles de personas se congregaron en una masiva manifestación convocada por el movimiento estudiantil para protestar contra el Gobierno serbio y el presidente Aleksandar Vucic. La movilización, que se desarrolla pacíficamente pese a las amenazas de violencia, es considerada la mayor en la historia reciente de Serbia, superando incluso las protestas que llevaron a la caída de Slobodan Milosevic en 2000. Los manifestantes, que bloquean los accesos al centro de la ciudad, claman contra la corrupción gubernamental y sostienen que la reacción desmedida del gobierno busca justificar un posible estado de emergencia. Esta ola de protestas, impulsada inicialmente por la muerte de 15 personas en el derrumbe de un tejado en Novi Sad, ha propiciado la ocupación de universidades por estudiantes. Mientras unidades antidisturbios se mantienen en alerta, los manifestantes reciben el respaldo de diversos sectores de la sociedad, clamando por un país donde prevalezcan la democracia y el funcionamiento normal de sus instituciones.
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