El primer ministro de Israel ha anunciado que, aunque no anexará la Franja de Gaza, sí procederá a ocuparla militarmente. Esta decisión ha generado diversas reacciones internacionales, ya que implica un cambio estratégico en la política del país hacia el territorio. La medida se da en un contexto de crecientes tensiones y busca fortalecer el control de seguridad en la región sin asumir responsabilidades administrativas plenas. Los analistas prevén que esta acción pueda tener repercusiones significativas en la estabilidad del área y en las relaciones diplomáticas de Israel.
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