En una rueda de prensa, Benjamin Netanyahu mostró un mapa de Marruecos que incluía los territorios ocupados del Sáhara Occidental, denominación que enfurece a Marruecos al sostener que solo debe llamarse «Sáhara marroquí». En mayo, un error similar había causado tensión entre Israel y Marruecos. Durante su comparecencia, el primer ministro israelí reafirmó que no cederá el control del Corredor de Filadelfia para presionar a Hamás y liberar rehenes, mientras evita que se rearme. Netanyahu no pudo dar fecha sobre el fin del conflicto en Gaza, que ha dejado miles de muertos y desplazados, y reiteró su compromiso de prevenir futuros ataques. Paralelamente, activistas y familiares de los cautivos clamaron por un acuerdo de tregua en varias ciudades israelíes.
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