En Valencia, miles de personas se manifestaron en defensa del derecho a la vivienda, exigiendo la regulación de los precios de alquiler y la prohibición de los apartamentos turísticos. Bajo el lema «Valencia se ahoga», el movimiento València no està en venda congregó a unos 200 colectivos para denunciar la especulación inmobiliaria que, según ellos, está expulsando a los residentes de la ciudad. La marcha comenzó en las Torres de Serrano y culminó en la plaza del Ayuntamiento, con lemas como «Un turista más, una vecina menos» y demandas de dimisión de la ministra de Vivienda. Los organizadores han señalado la grave situación de los precios, que han aumentado un 117% desde 2015, y han hecho un llamamiento urgente a la intervención del gobierno para abordar la crisis de vivienda, mientras políticos locales expresaron apoyo a las reivindicaciones y criticaron la inacción gubernamental.
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