Un reciente estudio ha revelado una tendencia preocupante en el ecosistema marino: el aumento de microplásticos en los océanos. Estos pequeños fragmentos de plástico, que provienen de productos cotidianos como botellas y bolsas, están siendo ingeridos por la fauna marina, alterando sus comportamientos y poniendo en riesgo su supervivencia. Los científicos han advertido que esta contaminación podría tener implicaciones graves no solo para los animales, sino también para los humanos, ya que el plástico puede entrar en la cadena alimentaria. Las organizaciones medioambientales están pidiendo medidas más estrictas para limitar la producción de plásticos y fomentar su reciclaje.
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