El drama de los refugiados sirios en el Líbano continúa siendo desgarrador tras más de una década de conflicto. A pesar de la caída del gobierno de Bashar al-Assad en 2024, la estabilidad esperada no ha llegado a Siria, donde la economía colapsada y la destrucción persisten, desplazando a miles de personas. En el Líbano, que acoge a más de 1,4 millones de refugiados sirios, las condiciones de vida son precarias: los refugios están saturados, el acceso a servicios básicos es limitado y las tensiones sociales crecen. Testimonios como los de Leila y Rima revelan un constante miedo a la inseguridad y el deseo de regresar a un hogar que ya no existe. A pesar de los esfuerzos de organizaciones humanitarias, la situación sigue siendo insostenible, dejando a los refugiados atrapados entre un pasado perdido y un futuro incierto.
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