En 2023, el 69% de los ciudadanos de la Unión Europea (UE) de entre 16 y 74 años interactuaron con autoridades públicas a través de sitios web o aplicaciones durante los últimos 12 meses, según un informe reciente. Sin embargo, esta cifra presenta una considerable variabilidad entre los distintos países miembro del bloque.
Dinamarca lidera el uso de servicios públicos digitales con un asombroso 98% de sus ciudadanos realizando estas interacciones en línea, seguida de cerca por Finlandia, Países Bajos y Suecia, todos con un 95%. En la otra cara de la moneda, Rumanía y Bulgaria muestran las menores tasas de uso digital con 23% y 30% respectivamente. Incluso Alemania, conocida por su avanzada economía, presenta una tasa comparativamente baja del 58%.
Un análisis más detallado de las actividades realizadas revela que el gobierno electrónico cubre una amplia gama de servicios. En el último año, el 42% de los usuarios accedieron a plataformas en línea para obtener información sobre diversos servicios, beneficios, leyes y horarios de operación. El 40% utilizó estos servicios para descargar o imprimir formularios oficiales, mientras que el 39% accedió a información personal guardada en bases de datos gubernamentales. Además, el 37% hizo citas o reservas y recibió documentos o comunicaciones oficiales por esta vía.
Un 29% de los ciudadanos completaron sus declaraciones de impuestos en línea, una actividad crucial que aún parece tener espacio para crecer en términos de digitalización. El acceso a bases de datos o registros públicos fue realizado por el 19% de los usuarios, mientras que un 18% solicitó documentos o certificados oficiales y un 17% solicitó beneficios o prestaciones.
Estas estadísticas subrayan una clara tendencia hacia el aumento del uso de servicios digitales por parte de los ciudadanos europeos, aunque revelan también las significativas disparidades en digitalización entre los distintos países de la Unión Europea. La creciente adopción de tecnologías digitales para interactuar con autoridades públicas promete mayor conveniencia para los ciudadanos, pero también plantea el desafío de superar las barreras tecnológicas en países con menor adopción.