El Tribunal Supremo ha marcado un hito en el ámbito fiscal al ratificar la posibilidad de compensar pérdidas del juego con ganancias obtenidas en el mismo ejercicio para el cálculo del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Este veredicto, emitido el 30 de junio de 2025 bajo el recurso 4776/2023, refleja la doctrina consolidada en octubre de 2024, que establece que todas las pérdidas patrimoniales derivadas de actividades de juego pueden equilibrarse con las ganancias del mismo año fiscal.
Esta decisión tiene un alcance significativo, eliminando las restricciones temporales respecto al origen de las pérdidas, ya que permite deducciones independientemente de si ocurrieron antes o después de 2012. Sin embargo, es preciso que estas pérdidas no estén relacionadas con una actividad económica profesional. Este detalle cobra particular relevancia en el contexto de juegos como el póker en línea y las apuestas deportivas, donde los participantes ocasionalmente enfrentan fluctuaciones en ganancias y pérdidas.
El procedimiento para computar estas cifras en la declaración del IRPF exige la inclusión de ambos aspectos en la sección adecuada para rendimientos del capital mobiliario o ganancias patrimoniales. Por ejemplo, un jugador que acumule 700 euros en ganancias pero incurra en 300 euros en pérdidas a lo largo del año, tributará únicamente por la diferencia neta: 400 euros.
Es crucial subrayar que esta normativa se aplica exclusivamente a las pérdidas y ganancias originadas en juegos no profesionales. No está permitido compensar pérdidas de juego con ingresos de distinta índole, como intereses bancarios o rentas derivadas de fondos de inversión, limitando así la compensación a los resultados del juego dentro del mismo periodo fiscal.
Finalmente, el Tribunal reitera la importancia de mantener un registro exhaustivo de todas las transacciones relacionadas con el juego, documentando fechas, montos apostados y premios obtenidos. Este fallo asegura que los contribuyentes puedan deducir sus pérdidas de manera legítima y uniforme, siempre y cuando cumplan con las estipulaciones establecidas, garantizando así mayor equidad en el tratamiento fiscal de las actividades recreativas.
