La Organización Mundial de la Salud (OMS) está vigilando una nueva variante del SARS-CoV-2, denominada NB.1.8.1, debido a un aumento significativo en casos y hospitalizaciones por COVID-19. Detectada inicialmente en enero y clasificada como un sublinaje de la variante ómicron, esta cepa se ha convertido en dominante en China y Hong Kong y se ha extendido a países como el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, además de varios destinos turísticos. La doctora Lara Herrero, una experta en virología, advierte que la NB.1.8.1 podría propagarse más rápido y esquivar la inmunidad de infecciones pasadas o vacunaciones. Aunque sus síntomas coinciden con los de otras subvariantes, también pueden incluir manifestaciones gastrointestinales.
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