NVIDIA ha tomado una decisión estratégica al invertir hasta 2.000 millones de dólares en xAI, la empresa de inteligencia artificial comandada por Elon Musk y conocida como Grok. Esta inversión forma parte de una megarronda que alcanza los 20.000 millones de dólares en total, combinando capital y deuda. La operación incluye un vehículo de propósito especial (SPV) que adquirirá GPUs de NVIDIA para luego alquilárselas a xAI durante cinco años, con el objetivo de acelerar el despliegue del superordenador Colossus 2.
Este movimiento llega rápidamente tras el anuncio de un acuerdo entre OpenAI y AMD, que contempla un despliegue multianual de 6 GW de GPUs Instinct, con el primer gigavatio planificado para el segundo semestre de 2026. Además, este acuerdo incluye una opción financiera que podría permitir a OpenAI adquirir hasta un 10% del capital de AMD a un precio simbólico, siempre y cuando se cumplan ciertos hitos de suministro.
Según Bloomberg y Reuters, el objetivo financiero de xAI se ha fijado en 20.000 millones de dólares, distribuidos aproximadamente en 7.500 millones en equity y hasta 12.500 millones en deuda. NVIDIA contribuirá con hasta 2.000 millones en la parte accionarial, mientras que empresas como Apollo Global Management y Diameter Capital participarán en la deuda. El SPV jugará un papel clave, comprando y alquilando los chips de NVIDIA a xAI por un periodo de cinco años, lo que permite que la startup no incluya el activo completo en su balance.
Este tipo de financiación, que combina deuda respaldada por hardware con inversiones del proveedor, es visto por algunos analistas como «financiación circular». Los beneficios incluyen rapidez en el despliegue, seguridad en la demanda y potenciales preocupaciones regulatorias relacionadas con la competencia y los precios.
Por otro lado, el acuerdo entre AMD y OpenAI marca un precedente con un enfoque multigeneracional, que no solo asegura un cliente ancla para AMD, sino que también representa un paso hacia la diversificación de OpenAI más allá de su relación con NVIDIA.
Estas operaciones no solo aseguran la demanda y reducen el riesgo de ejecución, sino que también podrían reequilibrar la competencia si AMD logra cumplir con los plazos de entrega y eficiencia energética prometidos. No obstante, el verdadero cuello de botella en este escenario podría ser la capacidad de los centros de datos, que requieren una infraestructura avanzada para manejar el creciente consumo energético.
En este contexto, los reguladores podrían prestar especial atención a estas dinámicas de «vendor financing», en las que el fabricante financia a sus propios clientes para cerrar ventas. A pesar de las diferencias con el pasado, la preocupación por el retorno de inversión fuera del núcleo tecnológico persiste.
En los próximos meses se espera el cierre formal de la ronda de xAI y la puesta en marcha de Colossus 2, así como la logística detrás del despliegue inicial de 1 GW de GPUs por parte de OpenAI y AMD, cuyo éxito dependerá de su capacidad para cumplir con los plazos acordados. Mientras tanto, observadores del mercado seguirán de cerca el desarrollo de estos acuerdos y las repercusiones que puedan tener en la cadena de suministro.
