La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que, entre el inicio de 2025 y el 21 de diciembre del mismo año, se han confirmado a nivel mundial 19 casos de coronavirus del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS-CoV), incluidas cuatro muertes. Arabia Saudita emerge nuevamente como el epicentro de esta enfermedad, notificando la mayoría de los casos. Además, Francia ha reportado dos incidencias vinculadas a recientes viajes a la península arábiga.
El informe de la OMS detalla que de los 19 casos globales, 17 se han concentrado en Arabia Saudita. Entre el 4 de junio y el 21 de diciembre de 2025, el Ministerio de Salud saudí identificó siete infecciones confirmadas de MERS-CoV, dos de las cuales resultaron mortales. Esta tendencia de contagio subraya la continua prevalencia del virus en el país.
A principios de diciembre, Francia anunció a la OMS la detección de dos casos adicionales, ambos asociados a viajes hacia naciones de la península arábiga. Esto destaca el potencial riesgo para viajeros visitando estas áreas endémicas del virus.
A pesar de los nuevos casos, la OMS mantiene su evaluación de riesgo general sin cambios, catalogándolo como moderado tanto a nivel global como regional. Sin embargo, la organización resalta que la presencia de estos casos evidencia que el virus aún representa una amenaza constante en los países donde circula entre camellos dromedarios, su principal reservorio animal.
La OMS ha advertido sobre la consiguiente transmisión del virus de animales a humanos en dichas regiones, lo que podría derivar en nuevos casos esporádicos o brotes limitados. Esta realidad enfatiza la necesidad de una vigilancia epidemiológica constante y respuestas sanitarias adecuadas, especialmente en los sistemas de salud de las naciones afectadas.
En este contexto, la OMS ha reiterado la necesidad de implementar medidas específicas de prevención y control de infecciones. Estas medidas buscan evitar la diseminación del MERS-CoV en entornos sanitarios y reducir el riesgo de transmisión entre personas, sobre todo en hospitales y centros de salud.
Los especialistas en salud internacional subrayan la importancia de reforzar los protocolos de control de infecciones, asegurar una detección temprana de casos y gestionar apropiadamente a los pacientes sospechosos o confirmados. Estas acciones son esenciales para limitar la transmisión asociada a la atención médica y prevenir brotes más extensos de la enfermedad.
Desde su identificación en 2012, el MERS-CoV ha mostrado un número limitado de infecciones. No obstante, la OMS insiste en que la vigilancia continua, la cooperación internacional y la implementación rigurosa de medidas preventivas son vitales para contener el impacto de este virus y proteger la salud pública a nivel mundial.








