OpenAI ha anunciado una significativa expansión en sus capacidades, impulsando el cumplimiento normativo global a través de nuevas opciones de residencia de datos en Asia. Concretamente, Japón, India, Singapur y Corea del Sur serán los países beneficiados por esta innovadora función, permitiendo a empresas e instituciones almacenar sus datos localmente al usar servicios como ChatGPT Enterprise, ChatGPT Edu, y la plataforma de API.
Esta iniciativa responde a la creciente demanda de soberanía tecnológica y a la necesidad de cumplir con estrictas regulaciones de privacidad. La posibilidad de almacenar datos «en reposo» en los respetivos territorios asegura que la información generada por los usuarios de estas plataformas esté adecuadamente resguardada dentro de sus fronteras.
Los datos almacenados incluirán conversaciones, archivos y contenido generado mediante los servicios mencionados. OpenAI ha desplegado esta funcionalidad mientras mantiene sus elevados estándares de seguridad, implementando cifrado AES-256 para datos en reposo y TLS 1.2 o superior para datos en tránsito. También garantiza que los modelos de inteligencia artificial no utilicen los datos de usuario para entrenamiento sin permiso explícito.
La compañía destaca que estas medidas se integran en un robusto marco de seguridad que cumple con estándares como GDPR y CCPA, asegurando que los datos continúan siendo propiedad exclusiva del cliente. Este movimiento es pertinente en un contexto donde países asiáticos están reforzando sus leyes sobre gestión de datos, especialmente en sectores sensibles como la sanidad, la educación, la banca y las telecomunicaciones.
La residencia de datos permitirá una mayor adopción de inteligencia artificial en la región. Empresas destacadas como Kakao, SoftBank y Singapore Airlines ya colaboran con OpenAI, y se espera que la nueva funcionalidad impulse el uso de IA en educación, startups tecnológicas y otras industrias que demanden control total sobre sus datos.
Con esta iniciativa, OpenAI refuerza su posición como un proveedor acorde a las exigencias de soberanía tecnológica en Asia. La residencia de datos no solo facilita el cumplimiento normativo, sino que también fortalece la confianza de los clientes, asentando las bases para una inteligencia artificial responsable y globalmente interoperable.
