OpenAI ha dado un paso significativo en el mundo de la inteligencia artificial con la presentación de GPT-5.2, su más reciente familia de modelos de IA. Esta nueva generación no solo pretende superar el papel tradicional de asistente conversacional, sino que aspira a convertirse en un elemento esencial en el entorno profesional para gestionar tareas complejas como hojas de cálculo avanzadas y flujos de trabajo que integran múltiples herramientas.
La propuesta de OpenAI se diversifica en tres variantes: Instant, Thinking y Pro, inicialmente disponibles para los planes de pago de ChatGPT y accesibles también a través de la API para desarrolladores. Con estas novedades, OpenAI demuestra su interés en posicionar la IA como un «trabajador del conocimiento». GPT-5.2 Thinking destaca en estas pruebas simuladas, posicionándose igual o por encima de profesionales humanos en el 70,9% de las veces. Más allá de la precisión, la velocidad y el coste representan ventajas cruciales, con el modelo produciendo resultados más de once veces más rápido y a menos del 1% del coste de un profesional humano.
En el sector de la ingeniería de software, GPT-5.2 también marca la diferencia. En el banco de pruebas SWE-Bench Pro, ha mostrado su eficiencia al resolver más de la mitad de los casos planteados, alcanzando un 80% de aciertos específicamente en Python. Estas mejoras se traducen en una herramienta más confiable para depurar errores, implementar funcionalidades y proponer pull requests con menor intervención manual. Además, su capacidad en el desarrollo front-end ha mejorado notablemente, manejando interfaces complejas y diseños poco convencionales con mayor habilidad, lo que le otorga un papel destacado como copiloto de ingenieros full stack.
Una de las áreas más prometedoras es la capacidad del GPT-5.2 para manejar contextos grandes sin perder precisión, algo vital para tareas que involucran gran cantidad de documentos o múltiples fuentes de datos. Su integración con nuevos endpoints de la API permite manejar contextos más amplios mediante técnicas de compresión. En cuanto a visión, GPT-5.2 muestra mayor precisión en la identificación y etiquetado de elementos en imágenes, elevando su utilidad en depuración visual y soporte al usuario.
Por su parte, en el uso de herramientas externas, el modelo ha dado saltos significativos. Pruebas como Tau2-Bench y BrowseComp evidencian su capacidad para gestionar tareas complejas en atención al cliente, automatización de procesos de back office y flujos de trabajo extensos sin perder coherencia.
En el ámbito académico, el modelo refuerza su rol como herramienta para impulsar la investigación, destacándose en evaluaciones como GPQA Diamond y FrontierMath. En pruebas de razonamiento abstracto, ha superado notablemente a su predecesor, lo que refleja un avance en su capacidad de generalización.
La seguridad y la protección se mantienen como prioridades para OpenAI. Los nuevos modelos mejoran las respuestas en contextos sensibles como salud mental y aplican medidas más estrictas para proteger a menores, implementando filtros y sistemas de predicción de edad.
En cuanto a la disponibilidad, la transición hacia GPT-5.2 no supone un cambio en los precios de suscripción para los usuarios de ChatGPT, aunque en la API sí implica un aumento tarifario. Los modelos anteriores seguirán disponibles mientras las empresas adaptan sus sistemas.
Finalmente, con GPT-5.2, OpenAI lanza un mensaje al sector: la inteligencia artificial está lista para dejar de ser una simple demostración tecnológica y convertirse en una herramienta esencial para la producción. Sin embargo, el reto reside en cómo las empresas integrarán esta tecnología en sus operaciones, qué límites le impondrán y cuánta autonomía le permitirán frente a las decisiones humanas. En definitiva, el uso responsable definirá el éxito de esta transición hacia una era de mayor productividad impulsada por la IA.








