En España, se ha detectado un negocio emergente y preocupante: cobrar por el empadronamiento, un trámite que debería ser gratuito. Programas como «Código 10» han revelado que algunos aprovechan la vulnerabilidad de los inmigrantes para lucrarse, solicitando sumas que pueden llegar hasta 460 euros solo por empadronarse. A menudo, esta estafa se enmascara como un alquiler de habitación, aunque el único objetivo es el empadronamiento. Estas prácticas no solo complican la situación legal de los inmigrantes, sino que también enfrentan a sus perpetradores a posibles cargos por promover la inmigración irregular. El caso de Ebrima, un joven inmigrante, ilustra la importancia del padrón para acceder a derechos básicos y buscar arraigo. El reportaje resalta la falta de información sobre los procedimientos legales, que deja a muchos en situaciones precarias y sujetos a engaños.
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