Pajarear en Diciembre en la Laguna de Fuente de Piedra

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Laguna de Fuente de Piedra 05

Probablemente uno de los enclaves naturales más icónicos de la provincia, la Laguna de Fuente de Piedra es conocida, entre otras cosas, por albergar la segunda mayor colonia de flamenco común de Europa. Aunque en diciembre, durante la época de inactividad reproductiva, la colonia no está presente, se puede apreciar una buena concentración de estas coloridas aves a lo largo del año.

Sin embargo, el invierno trae consigo un cambio en la fauna que habita este significativo humedal. Es un lugar fundamental para la invernada de diversas especies de anátidas, como el cuchara común y la cerceta común. Además, se forman dormideros de grulla común que, al atardecer, llegan procedentes de los campos circundantes, así como de gaviota sombría en busca de despojos.

En el contexto de las anátidas, la Laguna de Fuente de Piedra juega un papel crucial para la amenazada cerceta pardilla, cuyos esfuerzos de cría en cautividad han resultado en un notable éxito. La malvasía cabeciblanca, otra anátida en peligro de extinción en Europa, también encuentra en esta laguna—en particular en el Laguneto—un hábitat propicio para reproducción y alimentación.

La biodiversidad de este entorno invernal se ve complementada por la presencia de diversas especies de rapaces. Entre ellas, destacan los aguiluchos laguneros, que patrullan los carrizales, mientras que los aguiluchos pálidos, aunque menos comunes, atraen la atención por su escasez. Otras aves de presa, como el elanio común y el milano real, surcan los cielos de esta reserva.

Alrededor de la laguna, es posible observar aves asociadas a los ambientes agrícolas, como limícolas, chorlitos dorados, avefrías europeas y alcaravanes, que utilizan estos campos para alimentarse y descansar. El sisón común, emblemático de las zonas semiesteparias, también tiene aquí uno de sus últimos bastiones.

La ruta de observación en este lugar empieza en el Centro de Visitantes José Antonio Valverde, donde se puede dejar el coche para comenzar el recorrido a pie. Este recorrido, que se recomienda realizar en semanas menos concurridas y, preferiblemente, a primera hora de la mañana, permite explorar las diversas lagunas y su rica fauna.

El camino atraviesa zonas inundadas donde, a menudo, se avistan flamencos a escasa distancia, así como diversas especies de limícolas que buscan alimento en las orillas. A medida que se avanza, se encuentran pasarelas de madera que conducen a charcas ricas en vida acuática, y se pueden observar otras aves, como rascón europeo y ruiseñor pechiazul.

El camino, delimitado por arbustos, ofrece oportunidades para avistar bandos de gorriones morunos, fringílidos y currucas en los matorrales cercanos. A medida que uno se aproxima al vaso lagunar principal, es común observar anátidas como cucharas y cercetas alimentándose.

Continuando, se llega a miradores que ofrecen vista panorámica de la laguna y sus habitantes. Desde el mirador del Cerro del Palo se pueden escanear los flamencos y, en algunas ocasiones, identificar al raro flamenco enano.

Los observatorios y senderos en el entorno permiten descubrir todavía más especies, como el jilguero lúgano y picogordo, y culminan en bifurcaciones que llevan a distintas lagunas, donde se pueden observar variedades de anátidas y especies raras.

El recorrido se completa con un sencillo retorno al Centro de Visitantes, permitiendo disfrutar de la rica biodiversidad que caracteriza a este entorno único y valioso para la avifauna europea.

Fuente: Diputación de Málaga.

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