En un emotivo mensaje, se transmite el saludo de paz del Cristo Resucitado a todos los fieles. Se destaca la importancia de la paz divina, humilde y persistente, en un mundo que la necesita desesperadamente. Inspirado por el Papa Francisco, se reafirma la misión de la Iglesia de construir puentes a través del diálogo y el encuentro, promoviendo la unidad y la caridad entre los pueblos. Se agradece a los cardenales y se recuerda el compromiso de ser una Iglesia sinodal y acogedora, siempre cerca de quienes sufren. Se envía un saludo especial a la diócesis de Chiclayo, en Perú, por su fidelidad y apoyo. Hoy, al coincidir con el Día de la Súplica a la Virgen de Pompeya, se hace un llamado a rezar juntos por la paz mundial y la intercesión maternal de María.
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