El acceso a la vivienda es la principal inquietud en España, pese a que la compraventa de inmuebles ha alcanzado cifras similares a las de 2007, con un aumento del 20% en ventas durante el primer semestre de 2025. La mayoría de las transacciones corresponden a viviendas de segunda mano debido a la falta de nuevas construcciones, mientras la vivienda protegida sigue siendo escasa. El déficit de 600,000 viviendas y un creciente número de hogares unipersonales agravan la situación. La inversión se ha desplazado a áreas menos urbanas, y factores como la participación de fondos de inversión y la demanda extranjera incrementan la presión sobre el mercado. La persistente mentalidad de propiedad y un mercado de alquiler problemático han dejado a los jóvenes especialmente vulnerables. Aunque no se trata de una burbuja como la de hace 15 años, las tensiones en el mercado están generando grandes preocupaciones sociales.
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