La Unión Europea implementó nuevas políticas comunitarias que limitan a 27 los días permitidos para la actividad pesquera en las costas del Mediterráneo. Esta medida busca gestionar de manera sostenible los recursos marinos y abordar la sobreexplotación que amenaza la biodiversidad en la región. La restricción es parte de un esfuerzo más amplio por parte de la UE para equilibrar la protección del medio ambiente con las necesidades económicas de las comunidades pesqueras locales, quienes han expresado su preocupación por el impacto de estos límites en su fuente de ingresos y sustento.
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