En los últimos años, la jardinería y el paisajismo han experimentado una transformación significativa al adoptar prácticas más sostenibles. Con un enfoque en la conservación del agua, los jardineros y paisajistas están optando cada vez más por el uso de plantas xerófitas en sus diseños. Este tipo de plantas, que incluyen suculentas, cactáceas y ciertos arbustos, son reconocidas por su capacidad de almacenar agua eficientemente, permitiéndoles prosperar en condiciones áridas.
Esta tendencia no solo responde a la necesidad de reducir el consumo de agua en jardines y espacios verdes, sino que también busca enfrentar el cambio climático y la escasez hídrica global. Los expertos señalan que el paisajismo xerófilo, que incorpora rocas, grava y sistemas de drenaje, no solo minimiza el uso de agua, sino que también promueve la biodiversidad y fortalece la salud ambiental.
Además, algunas ciudades están implementando políticas que fomentan el uso de estas plantas en espacios públicos. Cursos y talleres están surgiendo para educar a la comunidad sobre el cuidado y selección de plantas xerófitas, transformando así la manera en que se concibe la jardinería.
Aunque existen preocupaciones sobre la posible pérdida de diversidad visual en los jardines tradicionales, muchos jardineros descubren que los diseños xerófilos pueden ser igualmente atractivos combinando suculentas, flores nativas y elementos decorativos.
El auge de las plantas xerófitas representa un cambio cultural hacia prácticas más responsables en jardinería. Con educación y sostenibilidad, esta tendencia promete transformar los paisajes urbanos y rurales, equilibrando belleza y funcionalidad mientras protege el agua, uno de los recursos más valiosos del planeta.
