La tensión entre Ryanair y el Gobierno español ha escalado a niveles sin precedentes tras la imposición de una multa récord de 179 millones de euros por prácticas consideradas abusivas, como cobrar a los pasajeros por llevar equipaje de mano en cabina. En una reciente rueda de prensa en Madrid, el CEO de Ryanair, Michael O’Leary, intensificó el conflicto al dirigir un ataque personal contra el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, a quien calificó de “loco comunista” y mostró imágenes del ministro disfrazado de payaso.
La reacción de O’Leary surge en respuesta a la sanción aplicada en noviembre pasado, no solo a Ryanair, sino también a otras aerolíneas como Vueling, EasyJet, Volotea y Norwegian. El Gobierno español ha calificado esta práctica de cobro por el equipaje de mano como abusiva y reafirmó su compromiso de regular las operaciones de las aerolíneas que actúan en el país.
El ministro Bustinduy fue contundente en su respuesta desde el Senado, desestimando el ataque personal del CEO irlandés y subrayando que la preocupación principal son las prácticas de Ryanair que afectan a los consumidores españoles. En sus declaraciones, Bustinduy aseguró que el Gobierno no cederá en su postura firme contra las aerolíneas que infrinjan la normativa vigente.
Por su parte, Ryanair ha dejado claro que no tiene intención de cambiar su política de equipaje y espera que la justicia revierte la multa impuesta. Volotea, una de las aerolíneas multadas, ya ha presentado un recurso legal, y Ryanair también confía en que la normativa europea respalda su caso.
Este enfrentamiento promete un largo recorrido judicial, con Ryanair decidida a defender su política comercial en los tribunales, mientras que el Ministerio de Consumo está igualmente resuelto a hacer efectiva la sanción. El desenlace de esta disputa legal aún está por definirse, pero seguro que mantendrá a ambas partes en una prolongada batalla legal.