Portugal implementa con éxito su estrategia para reducir la deuda pública, proyectando que para 2026 esta baje al 87,8% del PIB, lo que marcaría el nivel más bajo en 17 años y lo acercaría a la media de la eurozona. Esto representa un cambio significativo desde 2016, cuando la deuda alcanzaba el 131% del PIB. Durante la última década, tanto el gobierno socialista de António Costa como la actual coalición conservadora liderada por Luís Montenegro han trabajado en el saneamiento financiero. La pandemia elevó la deuda temporalmente, pero se ha retomado el control gracias a políticas de gasto equilibradas. A lo largo de este tiempo, Portugal ha aprovechado los fondos europeos y logrado un desempleo en mínimos históricos. Para 2024 se espera un crecimiento económico del 2,3%, con ajustes previstos en salarios y defensa, aunque la coalición gubernamental enfrenta desafíos parlamentarios.
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