La Comisión Europea ha minimizado las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la posibilidad de que Estados Unidos controle Groenlandia, un territorio actualmente bajo soberanía danesa y parte integral de la diplomacia europea. Paula Pinho, portavoz del organismo, afirmó que no es necesario ahondar en el tema, aunque destacó que la soberanía de Groenlandia es esencial para la UE. En contraposición, Francia ha manifestado su preocupación por las amenazas de Trump, recordando que Groenlandia, aunque no pertenece formalmente al bloque comunitario, está ligada a un país miembro. Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca, enfatizó que el futuro de Groenlandia debe ser decidido por sus habitantes. Bruselas, buscando mantener una relación constructiva con la futura administración estadounidense, prefiere no adelantar escenarios bélicos, aunque estudia posibles medidas económicas en caso de una agresión. Esta situación resalta la importancia geopolítica de Groenlandia, rica en tierras raras vitales para sectores tecnológicos estratégicos.
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