En Arizona, Aaron Gunches, un condenado a muerte de 53 años, ha solicitado al Tribunal Supremo estatal que adelante su ejecución, pese a la pausa en las ejecuciones ordenada por la gobernadora Katie Hobbs en 2023, debido a preocupaciones sobre el uso de la inyección letal y sus efectos tortuosos. Gunches, quien fue condenado en 2008 por el asesinato de Ted Price, ha expresado su deseo de que se cumpla su sentencia, convirtiéndose en uno de los pocos presos que piden adelantar su propia ejecución, un hecho con alta incidencia de enfermedades mentales y abuso de sustancias entre los reos. Arizona ha enfrentado críticas por la inadecuación de sus procedimientos de ejecución, especialmente tras el caso de Joseph Wood, cuya ejecución duró dos horas en 2014. Pese a los esfuerzos de Gunches, la revisión de los protocolos y la falta de confianza en el sistema por parte de las autoridades ha complicado que su solicitud sea atendida, destacando las dificultades que aún imperan en la aplicación de la pena de muerte en el estado.
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