En medio de un clima económico marcado por la incertidumbre, Banco Santander ha reafirmado su confianza en el futuro, divulgando perspectivas firmemente optimistas para el año 2025. Ana Botín, presidenta de la entidad, se pronunció recientemente destacando la diversificación como un pilar clave para enfrentar la volatilidad del mercado. Esta estrategia ha permitido al banco mantener sus objetivos para el próximo año, entre los que se cuentan proyecciones de ingresos que se acercan a los 62.000 millones de euros, junto con planes de reducción de costes respecto al año anterior, y la estabilidad del coste del riesgo gracias a un equilibrio saludable en los diferentes mercados donde opera.
Para el primer trimestre de 2025, Banco Santander prevé continuar el camino del crecimiento, tanto en la captación de clientes como en la consistencia de sus ingresos, a pesar del complicado panorama global. Botín subrayó que se espera una contracción de costes en términos absolutos comparando con el mismo lapso del año anterior, lo que se traduciría en una mejoría de la eficiencia operativa en aproximadamente 50 puntos básicos. En cuanto a la calidad crediticia, la situación sigue estable, cumpliendo con las previsiones relacionadas con el coste del crédito.
En el terreno de la rentabilidad, la entidad anticipa un aumento en el primer trimestre en comparación con todo el año 2024, proyectando un retorno sobre el capital tangible (RoTE) cercano al 15,7%. Esta cifra los acerca a su meta anual del 16,5%. Asimismo, se espera que el valor contable tangible junto al dividendo en efectivo por acción crezca más del 14%. La solidez en la generación de capital se evidencia con una ratio CET1 proyectada del 12,9%, superando por 10 puntos básicos el cierre proyectado para 2024.
Estas proyecciones muestran el empeño del Santander por sortear los desafíos macroeconómicos y afianzar su posición en el mercado financiero global, reafirmando su compromiso con el crecimiento sostenible y la creación de valor tanto para sus clientes como para sus accionistas. La estrategia de diversificación, junto con una gestión prudente del coste del riesgo, emergen como elementos esenciales para alcanzar los ambiciosos objetivos trazados por el banco en el futuro cercano.
