La compañía andaluza Productos Monti, con sede en Montilla desde 1969, ha dado a conocer un nuevo impulso estratégico para su línea de snacks Monti Clásicas, con la que pretende reconocer y poner en valor el sabor auténtico de las patatas fritas tradicionales. Este renovado esfuerzo se centra en realzar la esencia de las recetas tradicionales mediante una cuidadosa elección de ingredientes y un proceso de producción apoyado en más de medio siglo de experiencia.
La línea Monti Clásicas presenta una serie de variedades emblemáticas que incluyen Patatas Fritas Chips, Onduladas, Campesinas y Mediterráneas. Además, incorpora sabores innovadores como Sabor Jamón y Queso Manchego. Cada una de estas opciones está diseñada para recordar la fritura casera, manteniendo un perfil uniforme que se caracteriza por el uso de patatas seleccionadas y aceite de alta calidad. Este enfoque asegura una textura crujiente y un sabor distintivo en cada envase, estableciendo como objetivo mantener el sabor tradicional que los consumidores identifican desde la primera mordida.
El fortalecimiento de la línea Monti Clásicas se inscribe en una estrategia mayor, orientada a consolidar la posición de Productos Monti dentro del competitivo mercado de snacks salados. Hasta el momento, la empresa ha alcanzado una notable presencia en miles de puntos de venta a lo largo de España y actualmente se encuentra en un proceso de expansión internacional, destacándose por su creciente influencia en mercados europeos, americanos y asiáticos. Este crecimiento se sustenta en un modelo que combina la tradición productiva con la innovación, asegurando altos estándares de calidad y seguridad alimentaria.
Con este lanzamiento, Productos Monti busca reafirmar su legado, adaptando su rica herencia artesanal a las demandas del consumidor contemporáneo y fortaleciendo su identidad en un sector que se mantiene en constante evolución. La combinación de tradición y excelencia ha posicionado a Monti como una marca reconocida tanto a nivel nacional como internacional, demostrando que la herencia culinaria puede evolucionar sin perder sus raíces.
