La Unión Europea ha pospuesto nuevamente la votación sobre la inclusión del catalán, euskera y gallego como lenguas oficiales del bloque, durante una reunión del Consejo de Asuntos Generales en Bruselas. Esta es la séptima vez desde septiembre de 2023 que el tema se discute sin alcanzar consenso, reflejando la resistencia de varios Estados miembros, notablemente Alemania. A pesar del apoyo de España, la ministra danesa Marie Bjerre reconoció la delicadeza del asunto. Luxemburgo, Austria, Francia, Polonia y Finlandia manifestaron preocupaciones acerca de las implicaciones jurídicas y financieras. España defiende la legalidad de su propuesta, citando el Tratado de la UE, y se compromete a cubrir los costes estimados en 132 millones de euros. Sin embargo, las dudas persisten sobre posibles precedentes para otros idiomas regionales, mientras las negociaciones continúan bajo un marco de incertidumbre política y sensibilidad lingüística en la Unión.
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