El Gobierno de Pedro Sánchez ha sido criticado por el insuficiente despliegue policial en la etapa final de la Vuelta a España, que permitió disturbios protagonizados por radicales propalestinos en Madrid. El resultado fue 22 policías heridos y solo dos detenidos. Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, defendió el operativo como «extraordinario» y aseguró que los incidentes se resolvieron sin daños significativos, a pesar de la interrupción forzada de la carrera. Martín elogió a los manifestantes como «un ejemplo de dignidad» y calificó sus acciones como un mensaje de humanidad. La falta de respuesta pública de Sánchez y del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha acentuado el descontento por la gestión de la situación.
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