En Israel se intensifican las protestas de familias de rehenes tras la negativa del primer ministro Benjamin Netanyahu para aceptar un alto el fuego propuesto por Hamás. Las manifestaciones han tomado las calles y se han realizado bloqueos en todo el país, coincidiendo con reuniones del gabinete de seguridad que omiten discutir la tregua. La crisis humanitaria se agrava con los persistentes bombardeos en Gaza, que han dejado decenas de víctimas. A pesar de las críticas internas y externas, Netanyahu mantiene su postura de no negociar sin asegurar previamente la derrota de Hamás. La desesperación de las familias se ha traducido en solicitudes de intervención internacional para poner fin al conflicto bélico que lleva 22 meses.
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