Este jueves, Francia presenció su tercera jornada de protestas en un mes contra el Gobierno y los recortes presupuestarios. A pesar de que el nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, aún no ha presentado su plan presupuestario completo, la posibilidad de que continúe con las políticas de austeridad de su predecesor, François Bayrou, ha movilizado a más de medio millón de personas según el sindicato CGT, aunque el Ministerio del Interior registró cifras inferiores. En todo el país se llevaron a cabo más de 240 protestas, con un seguimiento menor que en movilizaciones anteriores. Las manifestaciones se desarrollaron mayormente de forma pacífica, con algunas detenciones en Marsella. Lecornu adelantó propuestas para mejorar el poder adquisitivo, incluyendo una posible rebaja del impuesto sobre la renta para las familias con salarios mínimos. Mientras tanto, enfrenta presiones por medidas más contundentes, como la derogación de la reforma de las pensiones, y la amenaza de censura por parte de La Francia Insumisa y los socialistas si las políticas no se alinean con sus expectativas.
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