La llegada de los ordenadores con inteligencia artificial integrada marca un hito en el panorama tecnológico actual. Según las proyecciones de Gartner, estos dispositivos, que representan el 31 % del mercado de PCs a finales de 2025, alcanzarán el 55 % del mercado global en 2026, distribuyéndose 143 millones de unidades en ese año.
Los AI PCs se caracterizan por incorporar unidades de procesamiento neuronal (NPUs) y procesadores optimizados que permiten ejecutar localmente modelos de lenguaje pequeños y otras tareas de IA. Esta configuración promete mayor rapidez y privacidad de datos, además de eficiencia energética.
En términos de mercado, los consumidores están cada vez más interesados en portátiles con procesadores Arm, mientras que el sector empresarial sigue prefiriendo la arquitectura x86 sobre Windows debido a su estabilidad y compatibilidad. Gartner prevé que para 2025, el 71 % del mercado de portátiles empresariales con IA usará x86.
La evolución del hardware debe ir acompañada de software adaptado. Se estima que, para 2026, el 40 % de los desarrolladores de software habrán priorizado la creación de aplicaciones de IA para ejecución local. Esto incluye desde asistentes personales hasta herramientas avanzadas de productividad y ciberseguridad.
El futuro del mercado se centra en la personalización. Según Ranjit Atwal de Gartner, los consumidores buscarán soluciones tecnológicas adaptadas a sus perfiles y necesidades específicas, incentivando a los fabricantes a crear ecosistemas completos.
Sin embargo, la adopción masiva enfrenta retos como la incertidumbre económica y la ralentización del mercado. A pesar de estos obstáculos, la inversión en AI PCs prepara a los usuarios para un futuro donde la IA en el borde es esencial.
Más allá de 2026, la transformación será también cultural. Los usuarios deberán adaptarse a nuevas formas de interacción con la tecnología, acercándose cada vez más a la figura de un asistente inteligente siempre presente.
En conclusión, el avance de los AI PCs no solo representa un desarrollo tecnológico, sino también un cambio en la manera en la que interactuamos con nuestros dispositivos. La tecnología se convierte en un aliado cotidiano, siempre adaptándose y aprendiendo del usuario.
