En 2024, una notable disparidad en los niveles de precios para el consumo doméstico se ha manifestado a lo largo de la Unión Europea. Según Eurostat, Dinamarca encabeza la lista con un nivel de precios que alcanza el 143% por encima de la media de la UE, seguida de Irlanda (138%) y Luxemburgo (133%). En el otro extremo del espectro, Bulgaria (60%), Rumanía (64%) y Polonia (72%) presentan los niveles más bajos.
Estas diferencias económicas destacan las variaciones significativas que persisten entre los Estados miembros, donde factores como el costo de vida y las políticas fiscales tienen un rol crucial. Esta variabilidad impacta tanto el consumo de bienes y servicios como la calidad de vida de los ciudadanos.
El alcohol y el tabaco emergen como los productos con mayor disparidad en precios. En Irlanda, estos productos son tres veces más caros que en Bulgaria, alcanzando el 205% de la media de la UE. Finlandia (175%) y Francia (137%) también figuran con precios altos. En contraste, Bulgaria, Polonia y Eslovaquia mantienen precios más asequibles, influenciados principalmente por las diferencias fiscales.
Los restaurantes y hoteles son otros sectores con marcadas disparidades. Dinamarca lidera nuevamente con precios al 148% sobre la media de la UE, seguida de Irlanda (129%) y Finlandia (127%). En tanto, Bulgaria, Rumanía y Hungría mantienen costos significativamente más bajos en estas áreas.
En el sector de la moda, Dinamarca (133%) vuelve a la cabeza, seguida de Suecia y Finlandia (120%). Bulgaria, Hungría y Rumanía ofrecen precios notablemente inferiores, de 79% a 85% de la media.
Otras categorías también evidencian variaciones significativas. En comida y bebidas no alcohólicas, los precios oscilan entre el 76% en Rumanía y el 125% en Luxemburgo. Para equipos de transporte personal, van del 89% en Eslovaquia al 120% en Dinamarca, mientras que la electrónica de consumo varía desde el 89% en Italia al 115% en Finlandia.
Estos datos no solo reflejan la diversidad económica del bloque, sino también cómo los precios influyen en el comportamiento de consumo y el bienestar ciudadano. La comparación entre países se convierte en una herramienta esencial para comprender las dinámicas del mercado dentro de la Unión Europea.