Los grandes modelos de lenguaje, aunque impresionantes en su capacidad para generar texto similar al humano, operan principalmente a través de complejas fórmulas matemáticas, careciendo de experiencias humanas auténticas. Estos sistemas, a menudo descritos como «papagayos digitales», procesan y replican información basada en patrones matemáticos, en lugar de en un entendimiento consciente o vivencial. Este enfoque plantea cuestionamientos sobre la naturaleza del «conocimiento» que pueden ofrecer, subrayando la importancia de distinguir entre la habilidad de imitar el lenguaje humano y la posesión de una comprensión genuina del mundo.
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