El puerro, generalmente relegado a un papel secundario en la cocina, se convierte en protagonista en recetas donde su dulzor y sabor suave destacan. Aunque suele encontrarse en cremas, sopas y caldos, este vegetal puede ser el ingrediente principal en platos como puerros braseados con mejillones o asados con romesco. Su preparación al vapor, asado o a la plancha resalta su suavidad, mientras Niki Segnit explica en su «Enciclopedia de los sabores» que el corte del puerro libera su fragancia característica, similar al ajo y la cebolla. Para limpiar los puerros, es necesario retirar las hojas exteriores, ya que tienden a acumular tierra. Este plato, acompañado de una vinagreta de tomate, huevo y cebolla, destaca por su simplicidad y elegancia en la mesa.
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