En un reciente pronunciamiento, el presidente expresó su postura sobre la situación de los activos rusos en el contexto europeo, afirmando tajantemente que cualquier intento de Europa por congelarlos equivaldría a un «robo» flagrante. Estas declaraciones subrayan la tensión persistente en las relaciones internacionales, destacando la naturaleza delicada de las medidas económicas y financieras que involucran a Rusia y los países europeos. La afirmación del mandatario refleja su descontento con las acciones potenciales de Europa y subraya las implicaciones éticas y legales de dichas decisiones en el ámbito político actual.
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