En uno de los bombardeos más devastadores de la actual guerra, el Kremlin ha lanzado más de 200 misiles y drones contra infraestructuras energéticas en 15 ciudades. Esta acción ha llevado a un significativo deterioro en el abastecimiento eléctrico y ha dejado a gran parte de la población sin servicios básicos, agravando la crisis humanitaria en la región.
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