La reciente admisión de la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, sobre los errores de Occidente al tratar con Vladimir Putin subraya el riesgoso juego geopolítico en curso. Putin, manipulando temores nucleares tras el uso creciente de misiles ATACMS por Ucrania autorizado por un Biden apretando el acelerador contra Rusia, espera pacientemente la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. Mientras tanto, tropas norcoreanas refuerzan las líneas rusas y Europa, frente a una posible escalada, se reagrupa en Varsovia para forjar una estrategia conjunta. Alemania planea incrementar su presupuesto de defensa y enviar drones a Ucrania, pero sigue sin comprometerse con el envío de misiles Taurus. A medida que la tensión aumenta, surge la especulación sobre el papel de Trump en un posible acuerdo de paz que podría redefinir la seguridad europea y el futuro de Ucrania.
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