Qatar, conocido por su habilidad en mediación internacional, ha destacado por su intervención en conflictos claves desde principios de los 2000, incluyendo la liberación de prisioneros de guerra en el Sáhara Occidental. Este rol diplomático se inscribe en su política exterior, con mediaciones recientes en regiones conflictivas como Gaza, Afganistán, y más recientemente en Colombia. A pesar de su tamaño modesto, Qatar ha institucionalizado su enfoque mediador, aunque actualmente no ha recibido una invitación formal para mediar en el persistente conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario. A pesar de mantener relaciones cordiales con las partes involucradas, la falta de un consenso formal y el escepticismo sobre mediaciones externas, especialmente por parte de Argelia, subrayan las complejidades de un conflicto enraizado en desconfianzas históricas y un camino de descolonización inconcluso. Con un fuerte capital diplomático pero enfrentando resistencias, Qatar permanece, por ahora, como un mediador potencial en esta disputa que persiste en el norte de África.
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