Tras dos años de intensos litigios, Qualcomm ha emergido como la ganadora en su disputa legal contra ARM respecto al uso de licencias de chips vinculadas a la adquisición de la startup Nuvia en 2021. El veredicto de un jurado federal en Delaware ha favorecido a Qualcomm al dictaminar que no violó los términos de su acuerdo con ARM, un fallo que podría redefinir el panorama de innovación en la industria de semiconductores.
La controversia se originó cuando Qualcomm adquirió Nuvia, una startup valorada en 1.400 millones de dólares y fundada por exingenieros de Apple. Antes de esta compra, Nuvia disponía de licencias sobre diseños de chips de ARM, pero ARM alegó que estas licencias no podían transferirse, lo que llevó a demandar a Qualcomm en 2022. La empresa británica exigía la destrucción de cualquier tecnología desarrollada con esas licencias y argumentaba que Qualcomm estaba pagando significativamente menos en royalties de lo que Nuvia había desembolsado.
El jurado respaldó a Qualcomm, aclarando que no infringió su contrato con ARM. Sin embargo, el tribunal no resolvió si Nuvia había violado los términos de su acuerdo antes de ser comprada, lo que deja abierta la posibilidad de que ARM apele, una acción que ya ha manifestado su intención de realizar. La jueza Maryellen Noreika subrayó que «ninguna de las partes tiene una victoria clara», insinuando que el litigio podría resurgir próximamente.
Para Qualcomm, la adquisición de Nuvia es crucial en su objetivo de avanzar en el desarrollo de chips de última generación, como los Snapdragon X, destinados a dispositivos portátiles. Durante el juicio, se presentaron documentos en los que Qualcomm anticipaba un ahorro de hasta 1.400 millones de dólares anuales en pagos a ARM gracias a la adquisición. Asimismo, el testimonio de Gerard Williams, cofundador de Nuvia, sugirió que menos del 1% de la tecnología de Nuvia dependía de los diseños de ARM, un argumento decisivo que favoreció a Qualcomm en el juicio.
Ann Chaplin, consejera general de Qualcomm, celebró el fallo al sostener que «el jurado ha justificado el derecho de Qualcomm a innovar». Chaplin reafirmó que las CPUs personalizadas de Qualcomm, conforme a los estándares de ARM Oryon, permanecen protegidas por el contrato actual con ARM. Entretanto, ARM reiteró su plan de apelar en busca de un desenlace más favorable.
Este caso tiene repercusiones que van más allá de lo legal, afectando también las estrategias futuras en el diseño de chips. Tanto Qualcomm como ARM son actores prominentes en el sector de semiconductores, y esta disputa destaca la complejidad de los acuerdos de licencia en un entorno donde la innovación es clave para mantener la competitividad.
Con una apelación por parte de ARM en el horizonte, el resultado final está aún por determinarse. Sin embargo, este juicio sienta un precedente sobre la gestión de licencias tecnológicas durante adquisiciones estratégicas. Qualcomm, con su victoria parcial, avanza en su misión de liderar la personalización de chips, mientras ARM se esfuerza por proteger su modelo de negocio basado en licencias. El desenlace de esta disputa no solo influirá en la relación entre ambas empresas, sino que también será decisivo para el marco legal sobre el desarrollo tecnológico en el sector.