La elección de Donald Trump y sus políticas han generado una crisis de identidad dentro de las izquierdas globales, que se sienten desorientadas ante el avance de las derechas radicales y sus dinámicas culturales y estéticas. A pesar de las críticas, estos movimientos de derecha muestran una estrategia clara para conseguir la hegemonía cultural que antaño dominaban las izquierdas. En países como Chile, las izquierdas enfrentan un retroceso significativo, mientras las derechas, tanto tradicionales como radicales, ganan terreno. La dificultad de las izquierdas para asimilar esta nueva realidad reside en su insistencia en discursos y tácticas obsoletas, produciendo una “hystèresis” que las aleja de la base trabajadora que las constituyó. A nivel global, esta desconexión y la incapacidad de enfrentar los nuevos desafíos culturales e ideológicos plantean serias amenazas para su relevancia futura.
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