En las elecciones alemanas de 2025, el escenario político ha experimentado una marcada polarización, con un notable ascenso de los partidos situados en los extremos del espectro político. La Unión (CDU y CSU) se ha mantenido como la fuerza más votada, aunque no logró alcanzar sus objetivos, logrando solo un 28,5% de los votos. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha alcanzado un récord, superando el 20% del apoyo, mientras que Die Linke ha aumentado su popularidad entre los jóvenes, capturando el 8,7% de los votos. El SPD sufre su peor resultado histórico, obteniendo solo el 16,5%. La formación del gobierno se presenta complicada, con la posibilidad de una mini Gran Coalición entre la Unión y el SPD o la necesidad de integrar a Los Verdes en una alambicada coalición ‘Kenia’. El líder conservador Friedrich Merz se enfrenta al reto de estabilizar un ejecutivo en un entorno cada vez más fragmentado y divergente, en el que las fuerzas extremistas aumentan su influencia y ponen en riesgo la gobernabilidad del país.
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