Ransomware: El Desafío No Está en las Copias, Sino en la Recuperación Integral

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El sector tecnológico ha intensificado su inversión en backup, deduplicación y retención ante el aumento del ransomware en los últimos años. Sin embargo, cuando llega el momento crucial, las empresas a menudo descubren que, aunque tienen copias de seguridad, no pueden restaurarlas a tiempo. Este problema eleva el tiempo objetivo de recuperación (RTO) de horas a días, causando impactos operativos y económicos significativos.

Expertos del sector coinciden en que el problema radica en que los sistemas de backup están optimizados para almacenar información, pero no para realizar múltiples restauraciones simultáneas con picos de entrada y salida (I/O) intensivos. Esto se traduce en recursos saturados y largas colas de espera. La raíz de este problema es que la infraestructura está diseñada principalmente para la escritura, no para la lectura masiva requerida en situaciones de emergencia.

La deduplicación y la compresión ayudan a las empresas a reducir costos de almacenamiento, pero complican el proceso de restauración. Para reconstruir grandes cantidades de datos, son necesarias muchas lecturas dispersas, lo que incrementa la latencia y los problemas de I/O. Además, la compresión y el cifrado intensifican el desgaste de los recursos de CPU.

Una métrica esencial que se está ignorando es el Índice de Rendimiento de Recuperación (RPI), que mide la cantidad de terabytes por hora que una plataforma puede restaurar en su topología real. Este indicador debería ser fundamental para las decisiones de compra y las estrategias de continuidad.

Se recomienda un rediseño por capas para mejorar la recuperación. Esto incluye una capa caliente para recuperaciones instantáneas, réplicas y snapshots para servicios críticos, planificación detallada de la restauración y una infraestructura de red y proxies adecuada.

Los errores comunes como realizar pruebas insuficientes, no priorizar adecuadamente y restaurar sin limpiar adecuadamente pueden convertir un incidente en una crisis.

Un plan de choque de 90 días puede ayudar a las organizaciones a mejorar su capacidad de recuperación. Este plan incluye definir las prioridades con el negocio, medir el RPI inicial y escalar la infraestructura para garantizar una restauración efectiva.

Finalmente, es importante cuestionar al proveedor sobre datos concretos como el rendimiento de restauración y las capacidades de soporte fuera de horario. Aunque la inversión en tecnologías más rápidas pueda parecer costosa, es esencial recordar que el verdadero coste se encuentra en el tiempo de interrupción evitado.

La conclusión es clara: el backup debe ser visto como una capacidad de continuidad del negocio, no solo como almacenamiento. La habilidad para restaurar datos a la velocidad que el negocio requiere es crucial, y establecer esta capacidad puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y una crisis prolongada.

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