Razones detrás de la lentitud de un SSD tras clonar un HDD: Soluciones efectivas para restaurar su velocidad

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La transición de un disco duro mecánico (HDD) a una unidad de estado sólido (SSD) suele despertar grandes expectativas en cuanto a mejoras en el rendimiento del sistema informático. Sin embargo, no es raro encontrarse con situaciones en las que el nuevo SSD rinde peor de lo esperado o incluso presenta un desempeño inferior al antiguo HDD. Este fenómeno, lejos de obedecer a fallas intrínsecas del SSD, suele ser consecuencia de errores en el proceso de clonación y en una serie de configuraciones de plataforma que deben revisarse.

Uno de los errores más comunes está relacionado con la desalineación de particiones. Los viejos HDDs operaban con sectores lógicos de 512 bytes, mientras que los SSDs están optimizados para bloques de 4 KB y, a un nivel más avanzado, para fronteras de 1 MiB. Cuando un SSD hereda la geometría de un HDD sin alineación correcta, se enfrenta a un escenario en el que debe realizar el doble de operaciones de lectura/escritura, lo que eleva la latencia y degrada el rendimiento.

Es crucial, por tanto, asegurarse de que las particiones están correctamente alineadas. Usuarios de Windows pueden verificar la alineación utilizando herramientas como CMD o PowerShell. En caso de detectar desalineación, la solución pasa por utilizar gestores de particiones como AOMEI Partition Assistant o EaseUS Partition Master.

Sin embargo, la alineación no es el único factor a considerar. Modalidades de conexión como Modo SATA en IDE en lugar de AHCI, la desactivación de TRIM, el uso de controladores obsoletos o genéricos, y la conexión del SSD a puertos SATA limitados a 3 Gb/s son otros cuellos de botella comunes en sistemas antiguos. La optimización adecuada implica habilitar AHCI, confirmar que TRIM está activo, actualizar controladores y firmware, y asegurar que el SSD está conectado a un puerto SATA III (6 Gb/s).

El cuidado también debe extenderse a mantener un espacio libre adecuado en el SSD y gestionar la energía de modo que optimice el rendimiento sin sacrificar la vida útil del disco. Además, la temperatura del SSD debe ser monitorizada para evitar estrangulamiento térmico que reduzca el rendimiento.

En suma, un proceso meticuloso de configuración y ajuste puede transformar un SSD perezoso en un dispositivo que despliega todo su potencial. La clonación de discos no implica solamente copiar datos, sino asegurarse de que todos los parámetros de rendimiento están alineados para la tecnología y arquitectura de los SSDs modernos. Con el debido cuidado y las configuraciones adecuadas, el salto en rendimiento esperado con la adopción de un SSD puede convertirse en una realidad.

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