En el Día Mundial de la Retinosis Pigmentaria, celebrado el último domingo de septiembre, Rafael Núñez, médico otorrino jubilado, comparte su experiencia con esta enfermedad hereditaria que provoca la pérdida progresiva de visión. Núñez, de 71 años, reflexiona sobre los retos del diagnóstico tardío, la falta de concienciación social y la importancia de la accesibilidad en entornos urbanos. Critica la insensibilidad hacia quienes utilizan bastones y destaca la necesidad de más investigación y apoyo social. Aunque sus hijos no heredaron la enfermedad, su historia personal ilustra las dificultades de adaptación, como dejar de conducir y enfrentar obstáculos cotidianos. A pesar de su baja visión periférica, mantiene su agudeza visual y aboga por la prudencia sin renunciar a la vida diaria. Además, se muestra optimista respecto a los avances en terapia génica, destacando iniciativas que podrían beneficiar a futuras generaciones. Su mensaje es un llamado a la comprensión y a la inclusión por parte de la sociedad y las instituciones.
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